Conozca a Columba Rivas, mujer mártir de la
rebelión del 4F
Columba Guadalupe Rivas Bracho Ofrendó su vida a los 22 años de edad,
para dar paso a la Revolución Bolivariana y Feminista que se dio inicio este
día bajo el liderazgo del actual Presidente Hugo Rafael Chávez Frías.
Cuando se produce la “Operación Ezequiel Zamora”, comandada por el
Teniente Coronel Hugo Rafael Chávez Frías, líder para entonces del movimiento
Bolivariano Revolucionario (MBR-200), una de las rebeliones militares más importantes
de la historia patria, todos los sectores de la sociedad venezolana
manifestaban su descontento por la profunda crisis que atravesaba Venezuela,
producto de la degradación del sistema político, la ausencia de liderazgo y la
grave situación económica, que había sumido a la población en los niveles más
bajos de pobreza, analfabetismo y productividad.
Desde hacía más de cinco años estos jóvenes militares del MBR-200
preparaban esta asonada. En todas partes había civiles comprometidos con la
rebelión del 4F, principalmente en Maracay, Valencia, Campo de Carabobo, San
Juan de los Morros, Maracaibo y Caracas.
Columba Guadalupe Rivas, la hija de
Sonia Bracho, en total apoyo a los principios y valores que inspiraron la
rebelión del MBR-200 y a sus líderes, dejo el aula de clases y salió a la
calle, y junto a un número significativo de estudiantes más, a quienes se
unieron profesores de educación media y universitaria, artesanos y obreros,
amas de casa, militares; en fin un numero significativos de hombres y mujeres
del pueblo, e hicieron una gran manifestación en apoyo a los militares
golpistas. Entre todos formaron una gran caravana para movilizarse, difundir
los hechos y buscar el apoyo del resto de la población. Al llegar al módulo de
Servicios Múltiples del Barrio Canaima, Parroquia Miguel Peña, Municipio
Valencia del Estado Carabobo, la caravana fue interceptada por funcionarios de
la policía del Estado Carabobo, Inteligencia Militar (DIM), Dirección de los
Servicios de Inteligencia y Prevención (DISIP) y Fuerzas Armadas de Cooperación
(FAC).
Dando esta intervención como resultado una masacre, Columba fue un alma rebelde que siempre defendió sus ideales y en todo momento combatió a los adecos y a los copeyanos. Columba se fue con la satisfacción del deber cumplido porque aquel 4 de febrero, el Día de la dignidad, dio origen a un verdadero proceso democrático, participativo y protagónico, que ha beneficiado a las grandes mayorías.
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